Los denunciantes afirmaron haber realizado la entrega de altas sumas de dinero sin que la construcción se llevara a cabo. El imputado publicitaba su maderera por Facebook.
Una mujer contó que ofreció un vehículo como forma de pago, ya que tenía el mismo valor que la cabaña. El imputado aceptó y ella le dio el automóvil. El plazo para la entrega de la vivienda era de 120 a 150 días, pero nunca construyeron nada. La damnificada dijo que fue a reclamar al local donde el sujeto la había atendido, en calle Córdoba al 500, pero la empresa había cerrado.
Otro de los perjudicados también mencionó que, tras el persistente incumplimiento de la firma, concurrió a las oficinas de calle Córdoba y también las encontró cerradas. El dueño del local le comentó que el imputado era un estafador y que a él también le había quedado debiendo seis meses del alquiler.
Otro de los denunciantes refirió haberle pagado al acusado, además de las cuotas de la cabaña prefabricada, diferentes sumas para la presentación de plano en EDESA y en la Municipalidad, y para la marcación del perímetro del terreno, cosas que nunca cumplió.
La jueza Paola Marocco admitió la prueba presentadas por las partes y ordenó remitir la causa para el sorteo del tribunal que tendrá a su cargo la audiencia de debate y para la fijación de la fecha.
