Salta está a la cabeza con 35 hectáreas plantadas y la sigue Tucumán, con 23 hectáreas que luego de los primeros testeos organolépticos de los granos podrían llegar a extenderse hasta 8 mil, el proyecto más ambicioso hasta el momento. A estas provincias se le suman, Corrientes, Jujuy y Misiones con pequeñas plantaciones que van a ampliarse en breve. También se están haciendo pruebas en Catamarca, La Rioja, Córdoba y Entre Ríos de este cultivo que los más optimistas visualizan como nuestro nuevo Malbec.
La historia del café argentino
De todos los stands que había en la última edición de la ya tradicional feria Exigí buen café en la Rural, uno de los más curiosos era el que vendía arbustos de cafeto de hojas relucientes, una postal viva de los trópicos que muchos se llevaron con entusiasmo a sus balcones citadinos. Detrás de ese proyecto se encuentra el cordobés Tomás Forte, ingeniero agrónomo apasionado por esta planta que poco a poco está ganando cada vez más terreno en el mapa rural argentino.
“La producción de café en la Argentina está viviendo un nuevo boom en este momento, pero no es una novedad, hay historia detrás de esto. En nuestro país existieron varias plantaciones que en los años noventa se abandonaron”, explica Forte. Y enumera antiguas plantaciones en Campo Grande (Misiones), en el ingenio Ledesma y en una finca llamada Los Cafetales (Jujuy), en Salta -impulsadas por un antiguo programa de fomento- y en Catamarca, entre otras provincias.
“En Tucumán hay café desde la época de los jesuitas: encontramos registros de exportaciones del año 1884. E incluso hay un mapa de Billiken que dice que en la Rioja, en 1933, había cafetales”, agrega este ingeniero agrónomo que tiene su propio proyecto de producción de café en Salta, Depatio, y además recorre el país asesorando a quienes se embarcan en la misma aventura.
El auge que entusiasma a Tomás Forte se da en un contexto de calentamiento climático que hace que el norte de nuestro país sea un ambiente más amigable para la planta de café. "En los últimos 22 años, la frontera entre lo tropical y subtropical, que pasa por el norte de Argentina, se está modificando. Las plantas tropicales vienen avanzando sobre las subtropicales. Ahora podemos plantar café, ananá, mango y maracuyá con resguardos”, detalla.
Cómo es el café argentino
Al momento, el único café argentino a la venta se produce en las yungas salteñas, en la selva tropical de Orán. Toma su nombre, Baritú, de un parque nacional cercano a las plantaciones y sólo se puede degustar en los dos locales de esta empresa familiar, ubicados en Salta y Jujuy.
El periodista y sommelier especializado en café Nicolás Artusi lo pudo probar: “Su producción es mínima a diferencia de lo que se espera para otras provincias a futuro. El Bartitú es un café de la especie arábica que se usa mucho en Brasil y que ofrece un perfil de sabor muy suave, muy perfumado, con notas a chocolate aunque también puede presentar notas de avellana o florales. Es un tipo de café muy amable con el paladar y que cultivado en condiciones como debe ser puede considerarse como café de especialidad”, cuenta.
El futuro del café argentino aún está en la semilla, pero la expectativa ya germinó: en 5 años la pregunta ya no será si los argentinos tenemos café propio, sino cuál elegimos para la taza.
Fuente: Clarin