DDN.  Raymundo Sosa habló con FM Noticias. Consultado sobre si es amigo de Eduardo Torino, respondió:  “No. Soy conocido, como somos acá en Salta. En el estudio hemos sido abogados atendiendo una causa civil que era un desalojo que luego se transformó en un juicio reivindicatorio”. Esta causa a la que Sosa hace referencia es la de El Aybal.
Eduardo Torino es enjuiciado por estas horas junto a Delfín y Raúl Castedo,
Melba del Carmen Araujo, los comerciantes Alberto, Luis y Mario Alberto Yudi por
lavado de activos.
El 29 de junio de 2017 hay una conversación entre Torino y el abogado Sosa, a
quien en otras escuchas lo nombran como “cabeza blanca”, quien le manifiesta al
martillero que ya se encontraba en Salta y le solicita juntarse a las siete,
explicándole que necesitaba hablar con Delfín Castedo por un tema “que nos
supera a los dos, hermano”. Sosa le pregunta a Torino si había alguna manera de
que “le mande un mensaje diciéndole que yo necesito que me llamen” a lo que
Torino responde “si, si yo esto por vía de Ricardo, el chango que está allá en
la finca”.
A la fecha
de esta escucha, Castedo se encontraba prófugo de la justicia. Ricardo es
Ricardo Erva, quien además concretó transporte de estupefacientes meses más
tarde.
Cabe recordar que concluida la lectura de los requerimientos de juicio, Torino prestó declaración y en todo momento se manifestó ajeno a los hechos ilícitos imputados en su contra, aunque reconoció que se vio implicado en la venta de la finca El Aybal, en el límite con Bolivia, operación inmobiliaria que llevó adelante a pedido de Castedo. Y reconoció que debió, con ayuda de un escribano, realizar una operatoria para simular la venta, en la cual quedó como propietario real de la propiedad.  Insistió en mostrarse como víctima de un “mal negocio” respecto a la operación inmobiliaria realizada en torno a la finca.
“El tema es así – relató Sosa-. Castedo no sé a quién le habrá comprado esas
tierras y en su momento necesitó venderlas o las quiso vender. Se las vendió a
una sociedad uruguaya. La sociedad uruguaya le dio poder al martillero Torino,
y el martillero Torino las compró a nombre de la sociedad uruguaya. Cuando
fueron a inscribir esas tierras a nombre de la sociedad uruguaya, no fue
posible porque son en zona de frontera y estos eran extranjeros. Entonces,
quedó en cabeza de quien fue el apoderado de la firma, que fue Torino. Las
tierras estas se encontraban ocupadas por un señor Pilar Rojas. A Pilar Rojas le
hicieron un juicio de desalojo, otros abogados, y se equivocaron porque el
contrato estaba equivocado en el número de la matrícula de la propiedad. Cuando
fueron a desalojar, no coincidía la matrícula que tenían que desalojar con la
que estaba realmente Pilar Rojas, entonces Pilar Rojas quedó ahí. Allí me
nombraron a mi abogado. Hicimos un juico
que duró muchos años hasta que logramos el desalojo de Pilar Rojas. A Castedo
le había quedado debiendo a la sociedad uruguaya parte de lo que costaban estas
tierras, así que él estaba interesado en que se hiciera el desalojo para poder
cobrar la diferencia que le debían. Eso es todo”, explicó.
En ese contexto es que Sosa solicitó una reunión con Castedo mientras se encontraba prófugo. “Estuve con Delfín Castedo en Buenos Aires”, confirmó el abogado.  Quien además admitió saber la condición de prófugo de Castedo y el por qué se lo buscaba.
“En primer lugar, yo no era abogado de Castedo ni era defensor de Castedo. Yo simplemente era abogado de Torino. Yo sí sabía, porque lo sabía Dios y María Santísima, porque estaba en todos los diarios, en todos lados, era algo público y notorio de que Castedo tenía una captura. Eso sí sabía. Yo no tengo porque denunciar a nadie, no es mi obligación”, dijo.
Ante la pregunta sobre si al ser abogado no tiene la obligación de denunciar a un prófugo, sostuvo: “Ni siendo abogado, ni siendo periodista, ni siendo cualquiera en la calle tiene obligación alguna de denunciar. Usted tiene obligación en el caso de ser funcionario público”.
Citación
Sosa negó
haber sido citado a declarar en el juicio que se lleva adelante. Sin embargo, figura
como testigo citado, en el orden 89. Y según pudo confirmar FM Noticias fue
ofrecido como testigo por la defensa de Torino, aunque es posible que aún no
haya sido notificado de esta citación. El abogado adelantó que de ser citado se
presentará.
A pesar de llevar adelante un juicio únicamente por las tierras, alrededor de la causa existía el nombre de los Castedo, la vinculación con el narcotráfico y el homicidio de Liliana Ledesma. Sin embargo, para el abogado esto no representó una incomodidad: “No me incomodaba para nada. La única reunión que tuve con Castedo fue después que concluyó el juicio este en el cual se le estaba entregando ya las tierras a Torino. El que quería verme, no era yo a Castedo, sino Castedo a mí para preguntarme si con esto se terminaba y le entregaban a los uruguayos la tierra para cobrar lo que a él le debían. Eso es todo”, dijo.
Sosa indicó que las tierras hoy continúan en manos del martillero, debido a un juicio por narcotráfico en Buenos Aires donde Castedo quedó “absuelto o prescripto”, se entregó la finca a una universidad, pero con la prescripción de la causa deben devolverse a Castedo.
Antes abogado de Torino, ahora de
Castedo
“Hay un doctor Álvarez, con el cual también conversé en alguna oportunidad, porque yo ahora estoy siendo abogado de Castedo, pero no en la causa penal. Castedo tiene una demanda porque quiere recuperar una propiedad, inmueble, donde tenía su casa el cerca de Salvador Mazza. Eso era sobre unos terrenos fiscales, entonces hay una demanda para recuperar eso y me pidieron si yo podía atenderlo él estando detenido. Tuvimos que ir a un escribano, ver con el doctor Álvarez que es el que le maneja la parte penal, y mandar un escribano que diera poder a la gente de mi estudio para ver el tema este de la reivindicación que actualmente está en trámite”, manifestó.
A narcos no se defiende, hasta que se
pruebe lo contrario
Sosa remarcó que “no atiende causas
penales de narcotráfico, ni a Castedo ni a otros”, y que solo se encuentra
atendiendo un “tema civil” que “no me incomoda para nada”.
Al parecer, el abogado olvidó que defendió a Marcelo Gustavo Fradejas, quien en agosto de este año fue condenado a 15 años por transporte de estupefacientes agravado por el número de personas intervinientes organizadas para cometerlo, en concurso real con el delito de almacenamiento de estupefacientes.
Fuente: Algo Personal – FM Noticias 88.1 MHz
LS