“La eutanasia es un acto de amor (…) se precipita la muerte para ahorrarles un sufrimiento inútil”

- Salud

“La eutanasia es un acto de amor (…) se precipita la muerte para ahorrarles un sufrimiento inútil”
“La eutanasia es un acto de amor (…) se precipita la muerte para ahorrarles un sufrimiento inútil”

Poco a poco, Argentina avanza para trabajar por una legislación que garantice el acceso efectivo a una muerte digna mediante procedimientos como la eutanasia y el suicidio asistido.

DDN. Desde hace meses, en Argentina se trabaja para llevar al Congreso una iniciativa que garantice el derecho a una muerte digna mediante los procedimientos de la eutanasia y el suicidio asistido. Alfredo Grande, psiquiatra y psicoanalista, habló al respecto para echar luz sobre el debate que se genera en el mundo en torno a esta temática.

“Es muy difícil pensar en una muerte digna si la vida no es digna”, resumió Grande para luego señalar: “Por lo menos, desde hace décadas y décadas, con los indicadores de pobreza y de hambre que tenemos, evidentemente la vida, en muchas cosas no es digna. En esas circunstancias, habría que repensar a qué se llama dignidad”.

En este punto, explicó que “esta ley de muerte digna tiene que ver con evitar lo que se llama la distanasia”, definida por la RAE como la prolongación médicamente inútil de la agonía de un paciente sin perspectiva de cura. “Es la prolongación artificial de la vida, e implica que la persona ya no está en condiciones autónomas para poder continuar su ciclo vital y debe ser auxiliada, de distintas maneras, por distintos recursos para prolongar una vida artificialmente a los efectos de no dejar de asistir a la persona”, amplió.

Para el profesional, “el problema es que, si esto no se resuelve jurídicamente de una forma muy taxativa, si un médico o médica no prolonga la vida artificialmente, se lo podría acusar de asesinar al paciente, cosa que ha pasado en algunos casos”. Consideró así que “una persona debería poder elegir sobre su propia muerte, así como debería ser dueña de decidir sobre su propia vida”.

“La paradoja, para mí, es que si uno no está en condiciones de decidir cómo va a ser su vida, tampoco lo van a dejar decidir cómo va a ser su muerte. Bastaría una cláusula donde la persona decidiera autorizar a que no se le prolongara artificialmente la vida, que se acelerara su muerte”, continuó Grande, en tanto que cuestionó que “lo que pasa es que aparecen una serie de hipócritas apelando a cuestiones éticas, morales, incluso religiosas”.

Y agregó: “La eutanasia es un acto de amor, no es que se precipite la muerte porque se odia a las personas, se precipita la muerte para ahorrarles un sufrimiento inútil”.

Cabe señalar que en la Argentina ya existe el derecho a la muerte digna, amparado por la Ley 26.742 de Derecho al Paciente y el artículo 59 del Código Civil, que permite rechazar procedimientos y/o medidas extraordinarias para mantener a una persona con vida. Actualmente, se trabaja en la iniciativa que llevaría por nombre “Ley Alfonso”, en homenaje a Alfonso Oliva, un joven cordobés que padecía Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), y falleció en 2019, peleando por una ley que le permitiera terminar con su agonía.

Al respecto, Grande explicó: “Una cosa es no prolongar artificialmente la vida, que eso sería la muerte digna. La eutanasia es acelerar el proceso. Son dos cosas distintas. La eutanasia es activa, la muerte digna es una actitud pasiva, yo no hago nada para prolongar esa vida. Pero si la vida se prolonga, por ejemplo, en los casos de muerte cerebral, hay pacientes que estuvieron así por meses, y hay casos en donde después de dos o tres años se despiertan como si nada. Pero lo que se ve es que personas que tienen buen funcionamiento cardiorespiratorio pueden estar mucho tiempo en coma vegetativo, y ahí la actitud de muerte digna no alcanza porque prolonga una vida que ya no es vida”.

“Una de las formas de definir la vida, y ahí viene este gran debate, es que vida es cuando hay conciencia de vida. Si uno no tiene conciencia de que está vivo, no está vivo”, agregó el profesional a su análisis en tanto que anticipó que los niveles de objeción de conciencia serían mayores incluso a los que existen en relación a la Interrupción Voluntaria del Embarazo- IVE-.

Por otra parte, remarcó: “El suicidio es un delito, a vos te pueden enjuiciar por haber querido suicidarte. No podés atentar contra vos mismo, es medio ridículo. Yo, como médico, he tenido una ocasión en que no me he animado a practicar la eutanasia, y no es lo mismo la eutanasia que asesinar a un paciente. En realidad, los que asesinan pacientes, primero es el Estado y después muchos colegas cuando hacen abandono de persona. El hambre es una forma de exterminio masivo”.

Desestimó que el proyecto pueda ser tratado en el mediano plazo. “Yo creo que no, porque acá todo se negocia. Y acá se gobierna por oportunismo, inclusive de corto plazo. Un proyecto como este tiene que ver con políticas estatales, no de los gobiernos. Sería de un valor político muy importante”, analizó.

Insistió así respecto a la urgencia de trabajar por la legalidad del acto de la eutanasia. “Las leyes toman en cuenta aspectos éticos, morales, de costumbres y todo lo demás, pero sin el acto jurídico, si se aplica la eutanasia vas preso”, aseveró y concluyó: “Muchas veces, la falta de juridicidad del acto tiene que ver con que consciente o inconscientemente, a los legisladores no les importa el acto en sí, lo que les importa es que ese acto genere culpa y habilite un castigo, para seguir actuando en su función punitiva”.

Fuente: Somos Tierra – FM Noticias 88.1 MHz.

BH

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