Desde que asumió su papado se dedicó a propagar un mensaje de amor, pobreza, tolerancia e inclusión. Condenó los ataques al ambiente: "El Ecocidio es pecado", enfatizó. No volvió más a la Argentina, la política partidaria nos quitó esa posibilidad. Tenía 88 años, le gustaba el fútbol, era simpatizante de San Lorenzo y había sobrevivido a un grave episodio de doble neumonía.