Con el silencio cómplice de los grandes medios, denuncian la gestación de un proyecto que busca favorecer a las grandes empresas de transgénicos, y que poco hace por la soberanía alimentaria, las familias campesinas y la verdadera agricultura familiar. “Debería ser tomado como una falta de respeto a la sociedad decirles que le vamos a poner una etiqueta y los vamos a seguir envenenando”, aseveran.