La comida que se pierde en argentina es aquella que se vence, ya sea porque no llegó a la góndola o en la misma góndola o ya en las casas y la que se desperdicia es la que se pide de más en un restaurante que después la tira, comida que el comensal podría llevársela dándole valor a la misma.
Frutas que no llegan al mercado central, comida que desperdiciamos, productos que se vencen, platos que sobran de restaurantes podrían ser la solución para millones de argentinos. Hay otros productos que se pierden por el packaging que la empresas utilizan: navidad, pascuas, mundial, etc., que al terminar la temporada son retirados de góndola a pesar que los productos están en perfecto estado.
¿Por qué entonces no donar al menos los sobrantes de restaurantes a comedores? La gran mayoría de los propietarios se niega para no hacerse responsable de cualquier situación que se diera en el comedor. Es por eso que aquellos que manejan comedores llegan a firmar un "deslinde de responsabilidades" haciéndose cargo ellos de lo que pudiera suceder, sin embargo está claro que esa tampoco es la solución, por lo que hace rato se espera una ley al respecto. Una cuestión netamente legal en definitiva.
La suba sostenida en alimentos y bebidas por encima de la media mensual es un golpe letal a los ingresos familiares, que cada vez alcanza menos, y la pobreza afecta a más del 40% de argentinos, en Salta a más del 38% de su población, pero la indigencia que infiere un ingreso insuficiente para cubrir una canasta básica de alimentos, alcanzó a más del 8% de la población es decir que más de 2 millones de argentinos no pueden tener tres comidas diarias y por otra parte la mitad de la población en Argentina se podría alimentar todos los días anualmente con los 16 millones de toneladas se pierden o se desperdician por año de comida. Está claro entonces que nadie debería pasar hambre y mucho menos morir por ella. Sólo se trata de darle valor a la comida.
