En un mismo lodo todos manoseaos

- POLITICA

En un mismo lodo todos manoseaos
En un mismo lodo todos manoseaos

Editorial por Daniel Tort

En esta semana que finaliza ya sobre el filo de la terminación de febrero, en una entrevista realizada por la periodista Paula Poma al ministro de Salud, Juan José Esteban, y la repentina respuesta del funcionario afirmando que el irregular nombramiento de su hija en el Estado era por un acuerdo expreso con el Gobernador antes de asumir, nos sorprendió a todos por igual.

Al instante aparecieron los denunciadores seriales que a los cuatros vientos salieron a pedir la renuncia del médico y dentro del oficialismo hubo hasta quienes se animaron a insinuar, hay que ser caraduras, sin siquiera sonrojarse, que ese era un caso aislado. Este llamado sincericidio del entrevistado fue algo totalmente inesperado, una confesión a la que no estamos acostumbrados, un reconocimiento en vivo, de una designación irregular de una odontóloga, cuyo único mérito o parámetro para ser nombrada es ser la hija de y que tal acto viciado de legalidad, además el ministro lo puso como requisito para aceptar el cargo en forma previa.

Este caso vulgarmente llamado acomodo ya se había conocido en nuestra ciudad allá en noviembre de 2020 cuando en este espacio, en FM Noticias, en La Madre que las Parió, el 13 de noviembre del 2020 habíamos puesto en conocimiento de la designación de la hija del ministro como jefa del ortopantomógrafo, un aparato de rayos en el Hospital de Niños y además para ponerla en ese lugar, previamente se había removido a la titular del cargo que fue enviada y silenciada a desempeñarse en el Departamento de General Guemes.

El novedoso reconocimiento radial que compromete la gestión del propio ministro y que –según los especialistas- hasta ahora, en materia de salud ha tenido un muy buen desempeño, compromete también al Gobernador, influyendo en la designación irregular. Compromete también a la misma profesional odontóloga, que designada de esta manera tan espuria, debuta en el medio, entre sus pares, con escasa ética y sin mérito alguno.

No cabe duda de que toda esta novela huele mal, desnuda una ilegalidad y evidencia un desmanejo de los recursos del Estado a manos de una clase política que no necesita de esta publicidad para gozar de un ya inveterado y muy ganado desprestigio.

En medio de este escándalo que ya ha trascendido la pantalla de los medios nacionales, merced al profesionalismo de los periodistas que actuaron con seriedad en el caso, se volvió a plantear y a resurgir uno de los mayores males que padece nuestra sociedad y ese mal es la infinita hipocresía de la clase política que fingiendo rasgarse las vestiduras carga las tintas y las acusaciones sobre el confeso ministro y su hija como si esa conducta no fuera en los círculos de cada gobierno de turno una moneda corriente y constante.

En todos los gobiernos del Estado aparecen designaciones de parientes, amigos, conyugues, amantes. Como nos recuerda el inolvidable Cambalache…” están todos revolcaos en un merengue y en un mismo lodo todos manoseaos”.

Que ninguno se rasgue las vestiduras porque están todos en el mismo lodo y este caso en realidad, el del ministro Esteban nos pone en vidriera solamente a la novela odontóloga y a su padre, pero también a toda la plétora de funcionarios que actúan igual y por eso el reproche que se le hace al Dr. Esteban no es haber influido para designar a su hija, que entre todos los otros y sus pares de la política hacen lo mismo, sino que lo que le reprochan es que lo haya reconocido.

Bastaría para desnudar esta miseria infame, que los que quieren ver rodar a gritos la cabeza del ministro, se dispongan ellos mismos a publicar la lista de las designaciones que han hecho desde un año a la fecha, propuesta que a más de uno le va a causar pánico si en realidad se concretara.

Acaso podríamos empezar a vivir en una sociedad más justa y apacible si el ejercicio del poder de turno no fuera tan corrupto, acomodaticio, demagógico y pusilánime para el manejo de los fondos públicos.

Un capítulo aparte de ribetes novelescos, sería empezar una investigación seria de los vínculos, los apellidos, los parentescos y entenadas dentro de la llamada justicia, donde el desacreditadísimo Consejo de la Magistratura se ha dedicado con ahínco y desmesura a preservar el acomodo y la democracia es lo que se llama la familia judicial. O que también se investigara en la llamada Corte de Justicia para que dé a conocer la inmensa cantidad de cargos creados a la medida de los amigos desocupados que son cubiertos sin concurso alguno y por mera decisión arbitraria de acomodar a los suyos. Esa, es la otra pata de la misma familia judicial.

El pecado imperdonable del señor ministro, no ha sido ni cerca hacer valer su posición para designar ilegítimamente a su hija. Su pecado ha sido confesar en vivo y en directo el modus habitual de esa gestión…es que el ministro sacó los pies del plato, nos decía un inveterado ñoqui de la política local acostumbrado a saltar de cargo en cargo. Y por haber sacado los pies del plato tendrá que pagar, porque hay un código no escrito pero que se respeta sin dudar, lo imprescindible es cuidar el negocio de la política.

El camino hacia una sociedad más justa donde se premien los valores y los esfuerzos y se condene la corrupción y el viva la pepa con el dinero del Estado, en nuestra Salta está muy, pero muy lejos de llegar a ser una realidad.  


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