“La Argentina que duele”

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“La Argentina que duele”
“La Argentina que duele”

Editorial por Daniel Tort.

DDN. En esta semana que culmina se abre en Buenos Aires, la reunión anual del denominado G20, que nuclea a países que concentran el 85% del PBI mundial, y que además de sus miembros individuales tiene a participantes colectivos (UE), y a invitados especiales.

Por supuesto que entre los terceros que no son Países pero que tienen directa influencia en el tema, están el FMI y el Banco Interamericano de Desarrollo y al Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), con lo que queda suficientemente claro cuál es el sentido de la reunión.

Esta aclaración es oportuna, porque si no se tiene la correspondiente advertencia, se puede llegar a creer que el objeto del G20 –tal como se puede leer en su página oficial- sea la ingenuidad de que se han organizado para: “dialogar y construir consenso para impulsar políticas públicas que resuelvan los desafíos que enfrenta la humanidad”.

La teoría de cada fastuoso encuentro en esos términos, contrasta con la realidad de cada día en los países a los cuales se aplican las recetas que ese rejunte mundial de lobistas terminan imponiendo.

Claramente se aprecia que ese camino transcurre y se basa en levantar barreras arancelarias, subsidiar las inversiones especulativas dándoles exenciones fiscales lograr que se dicten leyes de flexibilización laboral a para aumentar la rentabilidad de los empresarios, y en definitiva a otorgar bajo la faz de “seguridad jurídica” rentabilidades gigantescas con mínimos riesgos.

Cuando MAURICIO MACRI fue designado presidente del G20 en Diciembre de 2017, textualmente afirmó en su perorata de asunción: “estamos poniendo a la Argentina en un lugar relevante de un mundo al que le inspiramos confianza, porque ven que estamos por el camino correcto”.

Ese camino correcto al que se refería nuestra máxima autoridad nacional, era –según su visión- la reinserción de Argentina al mundo –como quiera que esta frase vacía se pueda entender- y agregó: “es un mundo al que vemos como una oportunidad para crecer y desarrollarnos”.

A la luz del año transcurrido hasta hoy en que el poco locuaz mandatario dejará la presidencia de ese engendro, y con un panorama asentado sobre una demencial apertura económica, una inflación descontrolada, una especulación financiera nunca vista y un endeudamiento insostenible, los anunciados efectos de crecimiento y desarrollo aparecen como un chiste de muy mal gusto.

Para que los verdaderos estragos de la economía que se sostiene desde esta asociación ilícita internacional, conformada por estrategas de la avaricia no se note, en la CABA, además de vallarse los lugares de reunión, cancelarse los vuelos durante dos días, y declararse feriado, se desalojó a los excluidos en mayor emergencia que duermen en las plazas y parques y que el sistema en su perversión hace llamar “personas en situación de calle” para que los millonarios del mundo no se mortifiquen con esa visión tan innecesaria.

Nuestro Jorge Luis BORGES solía decir que la vida es una serie limitada de escenas que se repiten, y que solamente cambian el tiempo, los lugares y los protagonistas, y este gesto perverso de la oligarquía gobernante confirma la afirmación del literato.

El 14 de Julio de 1977 en la Ciudad de Tucumán, el dictador Antonio Domingo BUSSI, para que otro dictador, Jorge Rafael VIDELA tuviera una buena visión de la Provincia, secuestró a los indigentes de la Ciudad y los dejó en el límite de Catamarca.

De esta manera se comprueba otra vez que la formalidad de ejercer el poder institucional y por el sólo hecho de haberlo conseguido en elecciones, no garantiza la naturaleza democrática de las decisiones.

Se aprecia fácilmente, por el contrario, que la elite gobernante que siempre ejerció el poder mediante asonadas militares, y que ha logrado ahora increíblemente -en el caso argentino- convencer al electorado para que los voten, sigue teniendo la misma esencia, la misma perversión, la misma concepción fascista de siempre.

Y con inocultable soberbia, la verdadera voz autorizada de este escarnio, Christine LAGARDE, nos recuerda que, si los seguimos dejando, van a asegurar y reasegurar nuestro destino de pobreza e indignidad, y afirma muy suelta de cuerpo que los avances de sus recetas se van a apreciar recién en el segundo trimestre de 2019.

Avisada la señora convenientemente de que el hablar de “semestres” en Argentina con tres años de mandato macrista cumplido sería casi una provocación por lo gastado del discurso, nos insulta con procacidad pornográfica, y se refiere –literalmente- a dos trimestres.

“Y dejo rodar la bola,

que algún día ha de parar,

tiene el gaucho que aguantar

hasta que lo trague el hoyo, o

hasta que venga algún criollo

en esta tierra a mandar”

Canto XII - Ansí estuve en la partida.

El gaucho Martín Fierro



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