DDN. Con una inflación que se espera cierre por arriba del 48%, el director del ISEPCi- Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana-, Federico Maigua, dio detalles sobre los últimos relevamientos y advirtió sobre el complicado panorama que se avizora. Sin contar alquiler y pago de colegios, una familia tipo debe tener un ingreso superior a 22 mil pesos parta no caer bajo la línea de pobreza. Además, destacó la llamativa pasividad de la población frente a esta situación.
“La inflación está realmente incontrolable y con lo que tenemos registrado hasta el momento, desde que comenzó el año, vamos a tener una inflación muy superior a la del primer año del gobierno de Macri”, advirtió Maigua quien remarcó que “la situación económica y social por la que estamos atravesando viene a raíz de una serie de medidas en materia de política económica que ha tomado el gobierno nacional, que afectó seriamente la economía de los hogares”.
En este sentido, alertó respecto a que “hasta el momento, ya tenemos una inflación acumulada del 46% y a fin de año va a ser mucho más alta que el 40% que habíamos tenido en el 2.016”.
Siguiendo con su análisis, precisó que “la canasta básica total es prácticamente superior al doble del salario mínimo, vital y móvil, que está en 10700 pesos en este momento”, y aseveró: “Con eso, aquel trabajador que tiene una familia, una mujer y dos hijos, y tiene que sostener el hogar solo no llega porque solamente le alcanza para poder comprar alimentos y poco más. El resto de los gastos que se tiene en los hogares, como transporte, servicios, vestimenta, etcétera, es imposible cubrirlo con lo que ha dispuesto el gobierno de Macri”.
De esta manera, precisó que es necesario un ingreso mensual por arriba de los 22 mil pesos para no quedar por debajo de la línea de pobreza, eso sin tener en cuenta gastos de alquiler y cuotas de colegios.
Como dato llamativo, además, señaló que los productos de verdulería aumentaron más que los de almacén y carnicería, hecho que no se había dado hasta el momento en lo que va del año. “El resto de los productos en general vienen en un alza sostenida y no hay forma de frenarlo. Nada baja”, resaltó.
Discurso insostenible para militar el ajuste
Por otro lado, el titular del Instituto cuestionó: “Economistas en medios de comunicación de Buenos Aires, defendiendo al gobierno nacional, al consultarles sobre la variación de precios del combustible, que aumenta cuando sube el dólar y cuando sube el precio del barril de petróleo, y cuando baja el barril de petróleo y cuando baja también el dólar, porqué no baja la nafta, siempre tienen respuestas para todo. Te dicen que la nafta tiene que costar un 1,30 dólar y en este momento está costando 1,10 dólar, o sea que tiene que seguir subiendo”.
“Ese es el discurso y es lo que sostienen muchos periodistas afines a este gobierno, y eso indefectiblemente se traslada a todos los productos. Siempre van a tener respuestas para todos y para fundamentar esto aumentos que quienes lo pagamos somos nosotros, el ciudadano de a pie”, recriminó Maigua.
Llamativa pasividad
“Desde el Instituto, si bien hacemos un trabajo técnico y manejamos muchos números, también tenemos contacto con la gente y la situación a nosotros nos angustia. Más allá del plano profesional en el que uno está, no podés no ponerte en el lugar de otro y ver cómo se vive en los barrios frente a esta situación”, manifestó el titular del ISEPCi para quien resulta cuanto menos “llamativa” la actitud de pasividad en la sociedad frente a la crítica situación que se atraviesa.
Al respecto, subrayó: “Nos llama la atención que no hay mucha presencia de manifestaciones, más allá de las organizaciones sociales que son siempre quienes están al frente de visibilizar la situación de los barrios. El resto de la sociedad es como que está de alguna manera muy pasiva y esperando que la situación mejore, pero si vos tenés un gobierno nacional que ya va a cumplir tres años de mandato y en lugar de mejorar ha empeorado la situación de todos los argentinos y argentinas, efectivamente llama la atención”.
Frente a este panorama, expresó: “Es un trabajo que demanda mucho esfuerzo y mucho sacrificio el de los referentes barriales que hacen hasta lo imposible para que los niños y niñas puedan tener una merienda o un plato de comida en sus casas o en los comedores y merenderos, pero aún así a ellos se les hace un nudo en la garganta por la situación que están viviendo”. “Lo ideal es que todos los niños y niñas compartan el almuerzo y la merienda en su casa y con sus padres, y no tengan que ir a un merendero. A fin de año esto, los sentimientos se potencian por una cuestión natural y es difícil”, concluyó.
Fuente: Vos
