Las cárceles como lugares de tortura y no de reinserción social como establece la Constitución

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Las cárceles como lugares de tortura y no de reinserción social como establece la Constitución
Las cárceles como lugares de tortura y no de reinserción social como establece la Constitución

Un detenido en la Alcaldía de Ciudad Judicial denunció las sistemáticas violaciones de los derechos humanos en los que se incurren en la penitenciaría.

DDN. Un detenido en la Alcaldía de Ciudad Judicial denunció las sistemáticas violaciones de los derechos humanos en los que se incurren en la penitenciaría. Lejos de ser un lugar de reinserción social para quienes cometen distintos delitos, el Estado vulnera hasta los derechos más básicos de la población carcelaria.

A continuación, se expone la denuncia:

1. Pabellón C1: Alcaldía de Salta, Argentina.

Pabellón “de castigo”: Todo detenido, con causa en proceso o con condena, ingresa varios días a este pabellón de castigo.

La comida se sirve en el piso, en platos hondos de acero inoxidable. En cada plato se sirve una ración para 3 detenidos, por lo general guisados líquidos, que deben ser sustraídos con los dedos o volcando el plato sobre los labios, no hay cubiertos.

En la misma celda, de 3x5 metros, hay un retrete plano al piso, único baño para todos los detenidos. En ese retrete se orina y se defeca a la vista, el oído y el olfato de los otros detenidos. Para higienizarse hay papel higiénico y botellas plásticas con agua, que también son utilizadas para hidratarse, los detenidos toman agua del pico de esas botellas.

El mate cocido se comparte entre varios, en recipientes improvisados de botellas plásticas. Por ejemplo en la celda N° 7, entre fines de agosto y comienzo de septiembre de 2018 hubo entre 12 y 14 detenidos, algunos condenados y otros con causas en proceso. El espacio es escaso para estar parados ya que la mayor parte del piso está cubierto por pedazos de goma espuma, tratando de integrar 5 colchones, donde se pasa la mayor parte del tiempo recostados. Se duerme sobre los pedazos de gomaespuma, cuerpo a cuerpo, respirando cara a cara con el detenido de al lado, tapados con frazadas muy sucias y llenas de perforaciones o rotas.

En el lugar predomina la penumbra, con un foco de tenue luminosidad. Las paredes son de color pardo con manchas marrones y muchas escrituras. En el ambiente domina un olor a humedad, amoníaco, y de a rato olores cloacales del retrete. La ventilación es escasa. La celda tiene una puerta de hierro oxidado con una pequeña ventana hacia el pasillo y la casilla de vigilancia de los celadores.

A mi lado, un chico de aproximadamente 25 años, tembló 2 días continuos hasta que una noche, por acción de los detenidos de todas las celdas que golpeaban todas las puertas metálicas, fue trasladado en una manta a enfermería donde le inyectado algún medicamento que lo mejoró. A mi otro lado dormía un hombre mayor, con sus pulmones perforados por alguna enfermedad, más una hernia inguinal que le dificultaba defecar en el retrete sin asiento porque no tenía una malla de contención en su bajo vientre.

Cada celda se abre por unos minutos para poder caminar por el pasillo. Para juntar agua en las botellas plásticas o lavar algo hay dos piletones de cemento con 2 canillas para todo ese pabellón- Hay una sola ducha, sin puerta, donde sale agua frío o levemente tibia.

Entre los detenidos había un chico de 24 años en situación de calle, lo detuvieron debido a que intentó sustraer una manta porque tenía frío. Otro estaba detenido por tener en su posesión 1 gr de pasta base, a la espera de que se resuelva su situación procesal penal. Otros dos jóvenes, también en situación de calle, estaban allí por descolgar a un hombre que estaba intentando ahorcarse en el parque San Martín, los acusaron por presunto ataque e intento de robo a esa persona, al cabo de más o menos 15 días de detención en esta alcaldía estos 2 jóvenes fueron absueltos y dejados en libertad. Otro hombre, de unos 30 años, estaba detenido por intentar a su vecino, que dormía borracho en un banco de una plaza con su celular en la mano, fue detenido por supuesto intento de robo, luego de pasar varios días detenido en esta alcaldía fue finalmente absuelto y liberado. Otro hombre jóven, trabajador, estaba detenido por comprar un lechón robado, según él desconocía esa procedencia, estaba desorbitado, incrédulo de la situación que estaba viviendo ya que ese día había cobrado su sueldo e iba a su casa a hacer un asado con su mujer y sus dos hijos pequeños. *(De todos ellos sé sus nombres, pero no es éste el medio para hacerlos públicos, ni tampoco soy quien debe juzgar sus conductas, mucho menos condenarlos por sus supuestos actos).

También hay situaciones más complejas, dominan los casos de jóvenes en situación de calle, de tenencia y venta de pasta base y otras drogas, casos de robos, hurtos, situaciones de desobediencia judicial, violencia de género y algunos homicidios. En el mismo ámbito de detención, inhumano, hacinados y contrarios a lo preceptos vertidos en el artículo 21 de la Constitución de la provincia de Salta, conviven condenados y procesados, con condiciones ínfimas de higiene, sanidad y alimentos en este pabellón de la alcaldía de Salta. (Septiembre de 2018).

Artículo 21 de la Constitución Provincial:

Artículo 21. - Régimen Penitenciario. Las penas privativas de la libertad tienen como fin la reeducación y la reinserción social de quienes las sufren. Las cárceles son sanas y limpias.

Todo penado tiene el deber de trabajar con derecho a una justa remuneración y a los beneficios de la seguridad social, como asimismo a mantener relaciones familiares y acceder a la instrucción. Los detenidos están separados de los procesados y éstos de los condenados. Los menores y mujeres son alojados en establecimientos separados. Los condenados por tribunales de la Provincia cumplen la pena en cárceles de su jurisdicción. Las excepciones a estas previsiones sólo pueden disponerse por decisión judicial fundada o por ley.

2. Pabellón B2:

El ingreso a este pabellón se caracteriza por un olor ácido penetrante, pasillos de cemento alisado, carcomido, húmedo y con charcos de agua jabonosa, cáscaras de naranja, pedazos de papel higiénico, bolsas y basura.

Tiene camas para 76 personas, pero una población que oscila entre 115 y 135 detenidos, casi la mitad duerme en gomaespuma en el piso o duermen de a 2 en cada cama. Por ejemplo al día de la fecha en la celda 4 hay 4 cuchetas para 8 personas, pero hay 16 detenidos.

El pabellón cuenta con 5 duchas, de las que 1 no tiene puerta y otra no tiene agua caliente. Hay 10 retretes al piso con sus puertas pero en muy malas condiciones de higiene. Hay 10 piletones de cemento con sus canillas para lavar cosas, higienizarse y cargar las botellas de agua para las celdas.

4 detenidos hacen permanentemente la limpieza de los lugares comunes, además reparten el pan, el desayuno, el almuerzo, la merienda y la cena. Al comedor se concurre en el horario del almuerzo y de la cena. Tiene 9 mesas de hierro empotradas al piso y sus respectivas bancas para 8 personas, es decir tiene una capacidad para 72 detenidos, el resto come parado o amontonados en las mesas. Hay solo 22 bandejas rectangulares de acero inoxidable para recibir las comidas, por lo tanto la mayoría come en baldes de helados, tapas o tuppers. No hay cubiertos, se come con las manos o con cucharas fabricadas con la parte superior de las botellas plásticas. La sopa se comparte entre varios, vertiendo el contenido de esos recipientes plástico sobre la boca y pasándolos de unos a otros, no se sirve con cucharón sino con recipientes recogidos del piso.

El comedor cuenta con un pequeño televisor, pero inaudible por el hacinamiento de personas. La comida es muy escasa, raciones muy pequeñas, generalmente guisados, con ingredientes sobrecocidos, a veces poco reconocibles, muy pobre de carne y abundante de huesos, cartílagos y grasa. Al final del reparto del almuerzo y de la cena, los presos se amontonan unos sobre otros contra las rejas pidiendo las sobras. Hay hambre. El desayuno y la merienda es mate cocido servidos a través de las rejas de las celdas, en botellas plásticas recortadas, y al menos una vez a la semana sirven leche.

Por lo menos cuatro veces a la semana se sale por una hora y media a un pequeño patio exterior de baldosas de cemento, donde se juegan picados de fútbol, otros corren o hacen un poco de ejercicio.

Las visitas están permitidas sólo dos veces a la semana, limitada sólo a familiares directos y solo por 15 minutos, separados por un vidrio y comunicados por un teléfono. Las provisiones desde el exterior son bastante limitadas: fiambres, galletas, dulce, conservas (sin sus envases originales, en bolsas plásticas), diarios (sin noticias policiales), algún libro, cuaderno tapa blanda, birome, un paquete de cigarros y una tarjeta telefónica.

El acceso al teléfono público es muy limitado y esporádico, por turnos de celda, lo que hace dificultosa la comunicación con el exterior.

Por las noches, en las celdas, se orina en bidones plásticos y se utiliza y se toma el agua guardada en las botellas plásticas.

Por lo general en cada celda se reza colectivamente, se lee algún pasaje bíblico y finalmente se saludan y se abrazan uno a uno todos los detenidos de la celda.

El hacinamiento por la sobrepoblación de las celdas dificulta las posibilidades de dormir y caminar dentro de la misma.

Una de las principales causas de esta superpoblación de la alcaldía es por falta de la agilización de la justicia, la mayoría de los detenidos llevan meses esperando el proceso de sus causas, y unos pocos esperan su traslado al penal de Villa las Rosas.

Los detenidos en esta alcaldía en su mayoría son personas jóvenes que transcurren parte de sus vidas en estas condiciones, esperando por meses, decisiones de la justicia y mientras tanto no reciben ni una mínima acción de reinserción social por parte del Estado.

El relato fue entregado para ser publicado en la agencia de noticias DDN y a los organismos de derechos humanos.


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