Criminalización del aborto y maltrato en la salud pública

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Criminalización del aborto y maltrato en la salud pública
Criminalización del aborto y maltrato en la salud pública

La experiencia de una joven en el Hospital Materno Infantil.

DDN. Después de que el Senado de la Nación rechazara el proyecto de ley por el aborto legal, seguro y gratuito, los testimonios de mujeres que debieron atravesar por esta situación y sufrir la violencia del Estado a través de la salud pública se multiplican.

Este es el caso de Luján, una joven que contó su experiencia en la que, aun tomando pastillas anticonceptivas, quedara embarazada, abortara por razones médicas y debiera enfrentar un maltrato absoluto en el Hospital Público Materno Infantil, y no solo ella sino otras jóvenes que estuvieron allí en aquel momento.

“Todo comienza hace dos años más o menos, fue en diciembre de 2.016. Tenía un atraso y termino yendo a una salita del barrio para saber qué era. Me hacen un análisis y me sale que estaba embarazada. A todo esto, yo estaba tomando anticonceptivos desde hace seis años. Vuelvo a ir para hacerme una ecografía, en la primera me dicen que tenía una deformación del útero pero que me iban a derivar para corroborarlo. Vuelvo a la semana y me terminan diciendo que estaba embarazada, de unas tres o cuatro semanas, pero que no había latidos ni signos vitales. Me dicen que vuelva a la otra semana y la misma doctora corrobora que el embarazo había terminado pero que la bolsa seguía creciendo. Entonces, me hace una derivación para el hospital nuevo, me explica cómo iba a ser el proceso, que era con pastillas, pero que ahí me iban a explicar mucho mejor”, comenzó relatando.

“Una vez que llego al hospital, a los días- continuó-, primero no me querían atender los enfermeros porque decían que yo entraba por un aborto provocado, y aparte porque yo no tenía sangrado, no tenía dolores ni nada, estaba bien. Una vez que hago que me atiendan, me atiende un doctor súper amable, que es lo que destaco. Me explicó cómo podría ser el proceso y me dijo que primero me iba a hacer una ecografía para ver si la derivación y la ecografía que yo llevaba eran ciertas. Una vez que lo hace me dice que sí, que el embrión estaba muerto y que era súper peligroso para mí, que me iban a hacer todo este tema de las pastillas. Me explicó que no iba a pasarme nada y que fuese al otro día porque ese día no estaba en ayunas. Al otro día voy, me coloqué las pastillas, re bien. Es bastante difícil, es doloroso, pero me lo aguanté. Todo empezó bien, el proceso donde expulso todo, y me dice que vuelva a los cuatro o cinco días cuando se me termine el tema del sangrado, para que sea más cómodo para mí”.

Luego agregó: “Cuando vuelvo me hacen una ecografía una doctora, también amable, me dice que estaba todo bien hasta que descubre que tenía restos muy chiquitos y que me iban a tener que hacer un raspaje. Yo en casa no aviso nada y le digo si podía ser otro día, pero me dijo que tenía que ser ese día porque era urgente, porque yo estaba corriendo riesgo. Entonces me dijo que vaya al otro día temprano para ser una de las primeras que pase al quirófano”.

“Ese día voy como a las seis de la mañana y las enfermeras me trataron mal, me hacían sentir como si yo me lo hubiera provocado. Me dejan en la camilla con el suero. Veía que llegaban chicas, subían y bajaban. Llevaba ya tres sueros. El médico que estaba en urgencias nunca se me acercó, no me toma la temperatura, me dice que me quede tranquila, que si yo me lo provoqué no hacía falta porque se me ve bastante bien. Ahí le digo que no me provoqué nada, que revise mi historia clínica, estaba todo ahí- continuó con su relato la joven-. Una chica estaba en la cama de al lado, ella sí tenía fiebre, todo, y la trataban igual. Esa chica se estaba haciendo tratar ahí desde el comienzo”.

Frente a esta situación, contó cómo fue su reacción y cómo las situaciones de maltrato por parte de personal de salud pública continuaron hacia su persona: “Como a las cuatro de la tarde llamo a mi pareja, no lo querían llamar porque era un lugar de mujeres, yo les pido desesperada porque me estaban tratando mal. Les pido que lo llamen sino yo me levantaba y salía. Una vez que lo llaman entra y me dice si ya salía, le digo que nunca me hicieron subir y m dice ‘A mí me dijeron que vos a las 11 entraste al quirófano y que no volvías de la anestesia’, el mismo enfermero que a mí me decía que me la banque por haberme provocado eso. Ahí me puse re nerviosa y le dije que me quería ir. Me dijeron ‘Después de provocarte lo que hiciste encima te vas a ir, vos te vas a hacer responsable de lo que te pase’. Les dije ‘sí, yo me voy a hacer responsable de lo que me pase a mí, pero yo no me aguanto el maltrato que ustedes me están dando’, y me respondieron ‘y bueno, así es cuando uno se provoca estas cosas’. La enfermera también me decía que no me haga la loquita”.

“La chica que estaba al lado mío se quedó hasta el último momento. Yo me fui porque me termino levantando. No me querían entregar la ropa para yo poder cambiarme, les dije que me iba a ir cómo sea, me dan la ropa de mala forma y no me dan ni un algodón, porque me saqué el suero y tenía sangre en el brazo. Me dicen que firme una especie de acta donde decía que yo me hacía responsable de lo que me pasara por desobediente, porque me iba del hospital. Lo firmé con gusto y les dije que no los quería volver a ver y me terminé yendo”, añadió.

“Después de eso, la verdad tenía miedo de volver al hospital. El médico que me recibió me había dado su número de teléfono, entonces me acordé y le escribí para ver si lo podía ir a ver. Me atendió, me preguntó qué pasó y le conté. Me dijo que le parecía muy mal lo que habían hecho conmigo. Me hace los estudios y como en febrero recién llego a expulsar lo que me quedaba. Estuve dos meses así y creo que tuve suerte”, concluyó la joven.

Fuente: Todas las voces todas/ FM Noticias 88.1 Mhz

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