Romero faltaría a la sesión de la Interrupción Voluntaria del Embarazo a cambio de un lugar en la lista de diputados

- Salta, en medios nacionales

Romero faltaría a la sesión de la Interrupción Voluntaria del Embarazo a cambio de un lugar en la lista de diputados
Romero faltaría a la sesión de la Interrupción Voluntaria del Embarazo a cambio de un lugar en la lista de diputados

Lo afirman desde Clarín.

DDN. La cancha se inclina al no y se habla de un fracaso de los referentes del sí en la Cámara alta. Pero nadie descarta efectos sorpresa.

Ángel Rozas desensilló de la Cabalgata de la Fe, en la que se codeó con el arzobispo emérito de Resistencia, y reveló que votará contra el aborto. Así, el titular de la UCR en el Senado rompió el mito de los que creían que su antiguo jefe partidario, Ernesto Sanz, lo iba a convencer de que un partido que se la da de “progresista” debía sostener el “sí”.

De inmediato, la peronista catamarqueña Inés Blas también se sumó al “no”. Resistió las presiones de su jefe, Miguel Pichetto, quien consideró haberla puesto al frente de la Comisión Banca de la Mujer para alzar las banderas feministas.

El jefe del bloque PRO, Humberto Schiavoni, tuvo menos suerte que su par del PJ en el intento de volcar voluntades en favor del aborto. Dos de cada tres senadores de Cambiemos se declaran antiabortistas. Al misionero -que también comanda al partido del Presidente a nivel nacional- sólo se le adjudica haber neutralizado el voto contrario del peronista “amigo” Juan Carlos Romero. Dicen en los corrillos que el salteño le habría prometido ausentarse a la sesión a cambio de un lugar en la futura lista de diputados en esa provincia.

Puede ser otro mito, como que Pichetto todavía conserva el poder como para obligar a Carlos Menem a faltar a la votación, pese a que ayer el ex presidente se expidió públicamente contra el aborto citando a Evita. O que los jefes del PJ y el PRO aún son capaces de desatornillar a la neuquina Lucila Crexell de su férrea abstención para inclinarla al “sí”.

Aún si no suman los votos suficientes, Pichetto podría ser premiado por quienes le reconozcan haberse esforzado por defender banderas más progresistas de lo que sus antecedentes políticos presumían. Un arranque nada despreciable para su pretendida carrera presidencial.

Entre tantas especulaciones asoma una realidad: el escenario en el que se van definiendo las posturas en el Senado son bien distintas al clima con el que se desarrolló el debate en Diputados, donde pululaban los cruzados que se rasgaban las vestiduras por el voto favorable (Victoria Donda, Silvia Lospennato, Mayra Mendoza, entre otros) y contrario al aborto (Elisa Carrió, Nicolás Massot, Juan Brügge y siguen las firmas).

En todo caso, el fundamentalismo en la Cámara alta estuvo plasmado en el arranque por la sobreactuación de la vicepresidenta Gabriela Michetti, quien remó contra la corriente para sumar en el debate a la Comisión de Presupuesto, que encabeza otro antiabortista confeso, Esteban Bullrich. La presidenta del Senado no lo consiguió, pero se quedó con el premio de llenar un vacío en el oficialismo: fue la que mejor representó a las bases más conservadoras del electorado de Mauricio Macri. Michetti necesita espaldas para que no la corran de la fórmula en 2.019.

Puede haber sido un análisis parecido el que llevó al radical Juan Carlos Marino, vice primero de la Cámara, a saltar el fin de semana de la indefinición al “no”: la mitad de los pampeanos que defiende esa postura y los legisladores del gobernador peronista Carlos Verna se volcaron al “sí”. Marino pretende desplazarlo el año próximo.

El peronista santafesino Omar Perotti mide la misma vara para ver qué le conviene en su carrera a gobernador. Si se inclina por el “sí”, alegra a la mayoría urbana del sur de la provincia. De hacerlo por el “no”, conforma a los del norte, influidos por la prédica clerical, como el resto del interior profundo. Ya que lo mencionamos, la Iglesia (católica o evangelista) asoma como el gran actor de la puja en el Senado, con su aparición en escena para presionar a los legisladores de las provincias donde la mística religiosa es el pan de cada día.

Pregunta del millón: ¿Qué le conviene al Gobierno? Mauricio Macri dice ser neutral. Pero si la ley vuelve a Diputados y queda “a salvo” se reabren las heridas de la interna oficialista. ¿Le conviene?

Fuente: Clarín

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